El niño tomó los colores de la acuarela y comenzó a pintar sobre el lienzo. A poco, ya vemos cómo se va formando un cielo azul y pequeños cúmulos de nubes blancas. Luego apareció el mar, un bote a la deriva y espumas blancas que llegan a la orilla convertidas en olas.
No sabía que ese niño poseía tanta destreza en el manejo de pincel y los colores. Es un niño talentoso, sabe de dimensiones, de proporcionalidad, de tonalidades, combinaciones y técnicas.
Todos los niños del colegio admiraban su prodigio, y a ratos, él sentíase avergonzado. Pintar paisajes era lo que lo llenaba de motivos, le producía unas ansias de descubrirse a sí mismo y a la naturaleza.
El niño fue al aula a mostrar a sus compañeros el cuadro que acababa de pintar. La Marina le quedó maravillosa. El mar parecía tan real, tan real que en un momento el agua salió del lienzo y llenó el lugar de peces.
No sabía que ese niño poseía tanta destreza en el manejo de pincel y los colores. Es un niño talentoso, sabe de dimensiones, de proporcionalidad, de tonalidades, combinaciones y técnicas.
Todos los niños del colegio admiraban su prodigio, y a ratos, él sentíase avergonzado. Pintar paisajes era lo que lo llenaba de motivos, le producía unas ansias de descubrirse a sí mismo y a la naturaleza.
El niño fue al aula a mostrar a sus compañeros el cuadro que acababa de pintar. La Marina le quedó maravillosa. El mar parecía tan real, tan real que en un momento el agua salió del lienzo y llenó el lugar de peces.
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