La imagen de la virgen cuelga de la pared, allí lleva más de veinte años. Todos los días los devotos le van a rezar.
Esa mañana, el primero que llega, alza su mano y toca el cristal donde está rostro angelical, dice unas plegarias y se va.
El segundo se santigua, la mira de reojo, y sale a la calle. El tercero se para frente a ella, mira su rostro fijamente, reza y hasta llora.
Celeste acostumbra a entrar temprano, esta vez se le hizo tarde y fue alrededor de medio día. Llegó y no encontró la imagen de la virgen, sólo estaba el marco vacío.
Antes, una niña de la calle entró a la casa, nadie la conocía, sólo entró a la casa, se paró frente a la imagen y nadie sabe por qué lloró.
Lo que todos en el pueblo comentan es que la niña se llevó la imagen de la virgen aprehendida en su corazón.
Esa mañana, el primero que llega, alza su mano y toca el cristal donde está rostro angelical, dice unas plegarias y se va.
El segundo se santigua, la mira de reojo, y sale a la calle. El tercero se para frente a ella, mira su rostro fijamente, reza y hasta llora.
Celeste acostumbra a entrar temprano, esta vez se le hizo tarde y fue alrededor de medio día. Llegó y no encontró la imagen de la virgen, sólo estaba el marco vacío.
Antes, una niña de la calle entró a la casa, nadie la conocía, sólo entró a la casa, se paró frente a la imagen y nadie sabe por qué lloró.
Lo que todos en el pueblo comentan es que la niña se llevó la imagen de la virgen aprehendida en su corazón.
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