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EL SINDROME DEL FANTASMA

Yo sé que mi pierna no está ahí, pero siento que está. Ayer visité al psicólogo y me indicó unas terapias que apenas inicio. Él me dijo que eso era un proceso, que debía esperar un tiempo a que la psiquis se acomode o elabore nuevos códigos..., que sé yo.
De lo que no caben dudas es que no tengo mi pierna y que siento que la tengo. Ayer me fui a parar de la silla y me fui de boca, hubo que curarme y suturar mi barbilla.
No me acostumbro, tomo las muletas y salgo, pero olvido que mi pierna la perdí, que tuvieron que amputármela, que no hubo otra salida o un trombo acabaría con mi cerebro y por supuesto, con mi vida.
Yo le dije que sí, mejor era estar vivo. Pero lloré, se me salieron unas lágrimas heladas, de esas que salen muy pocas veces, sólo en caso como esos.
No me acostumbro, las terapias siguen. Yo siento la pierna, la que me quitaron, a veces intento mover los dedos, y sinceramente que los muevo, pero en mi pensamiento tengo la misma sensación como si fuera mi pierna sana.
Volví al psicólogo y me cambio las terapias. Ahora estoy mejor, pero cuando me acuesto, siento que subo a la cama con mis dos piernas buenas.

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AUTOR

Virgilio López Azuán, autor de CUENTOS ETERNAMENTE BREVES, que este blog promueve, es uno de los más importantes expositores del microcuento en la República Dominicana. Ha sido ganador de premios nacionales en cuento, poesía y teatro. Es experto en temas educativos y ha sido declarado por el Ayuntamiento como HIJO MERITISIMO DE AZUA

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