Yo vi a la serpiente reptar por toda la ciudad, había venido de las profundidades del bosque y fue a parar al patio de Marisela, allí sintió el terrible calor del verano y se escurrió por la pared de la casa. Fue por la orilla, sigilosa, desplazándose con inteligencia. Nadie sospecharía que una serpiente anduviera por esos lugares.
Se arrastró por debajo de la puerta del jardín y salió de la casa de Marisela. Cruzó la calle desierta de esa mañana de San Miguel y alcanzó la acera del otro lado de la calle. Llegó a la puerta de mi casa y la encontró abierta, pasó escurridiza, furtiva. Yo dormía en mi habitación y ella llegó como si yo la esperara. Rompió la cáscara de la noche y penetró al interior de uno de mis mejores sueños.
Se arrastró por debajo de la puerta del jardín y salió de la casa de Marisela. Cruzó la calle desierta de esa mañana de San Miguel y alcanzó la acera del otro lado de la calle. Llegó a la puerta de mi casa y la encontró abierta, pasó escurridiza, furtiva. Yo dormía en mi habitación y ella llegó como si yo la esperara. Rompió la cáscara de la noche y penetró al interior de uno de mis mejores sueños.
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